Comunicación alternativa y aumentativa en la atención temprana del autismo

Comunicación alternativa y aumentativa en la atención temprana del autismo

La comunicación es una parte esencial del ser humano, ya que nos ayuda a formar parte de una comunidad, relacionarnos y expresar nuestros pensamientos y sentires. Las personas que padecen algún tipo de discapacidad, autismo, a menudo permanecen en silencio debido a que no poseen herramientas especiales para poder comunicarse y participar en el medio que las rodea.

El procedimiento de comunicación aumentativa y alternativa (CAA) es un sistema que busca aumentar y/o compensar las dificultades de comunicación y habla de los niños que tienen problemas para ello ya sea por autismo, alguna discapacidad o como consecuencia de algún trauma físico. Está formado por un conjunto de herramientas y estrategias enfocadas en aumentar de manera efectiva de comunicación cuando no puede realizarse de manera oral y sirve como apoyo complementario a otros programas que buscan aumentar el habla del niño y es excelente como herramienta complementaria con cualquier otra intervención que busque la mejora de la interacción social y el lenguaje.

Se basa en dos premisas:

  • La comunicación aumentativa. Principalmente añade o complementa el habla con algún elemento que ayude al otro a entender lo que se quiere trasmitir y le sea más sencillo comprenderlo.
  • La comunicación Alternativa. Cuando no se puede utilizar las palabras es necesario crea otro medio para expresarse ya sea a través de tarjetas, medios electrónicos, etc.

En nuestro día a día todos utilizamos sin darnos cuenta la comunicación aumentativa y alternativa, cada vez que realizamos un gesto para acompañar lo que decimos, las expresiones faciales, cuando dibujamos algo para explicar que estamos queriendo comunicar, por ejemplo. Sin embargo, cuando queremos implementar el sistema CAA en el autismo tenemos que tener en cuenta las diferencias especiales que presentan y las estrategias concretas para ellos.

¿Cómo podemos favorecer su correcto desarrollo desde casa?

En el autismo, el área más afectada del lenguaje es la relacionada con la comunicación pragmática y social, existen déficits en la reciprocidad, utilizan la comunicación no verbal como mirar fijamente lo que quieren, hacen gestos y tienen patrones de conductas repetitivos y restringidos que dificultan su adaptación al mundo. Normalmente buscamos implementar algún sistema de comunicación alternativo que nos permita relacionarnos con el niño autista y a la par que aumente el habla, tal como veíamos en el artículo anterior que conseguía el método Denver.

La intervención con la comunicación aumentativa y alternativa ha de ser siempre multimodal, es decir, hay que aprovechar la más mínima expresión del niño que utilice para manifestar algún deseo o sentir como puede ser la sonrisa, algún gesto propio, el llanto, alguna palabra suelta. El niño con autismo tiene que percibir qué los de su alrededor le entienden y refuerzan cada intento, sólo de esta manera conseguiremos en él la motivación suficiente para emplear producciones más complejas.

Además, tenemos que ver qué tipo de CAA utilizaremos:

  • CAA sin ayuda:No usaremos herramientas y nos basaremos en expresiones faciales, lenguaje corporal, lengua de signos o códigos gestuales.
  • CAA con ayuda:usaremos materiales como tableros de símbolos, tarjetas de elección múltiple, PECS (sistema de comunicación por imágenes) dispositivos digitales adaptados.

Una vez que sabemos si usaremos materiales o no, llega el momento de la intervención que supone aprovechar cualquier oportunidad para comunicarnos con el niño por corta que sea y de ser nosotros los que nos adaptemos al pequeño para ofrecerle una intervención personalizada y eficaz. Para ello podemos usar una de las estrategias más efectivas del CAA, el procedimiento de comunicación total de Shaeffer.

Consiste en utilizar a la vez dos códigos: el oral y el gestual o signo. El adulto va señalando las cosas o usando el sistema de signos elegido mientras se va nombrando. Lo más importante más que la comprensión, para Schaeffer son los aspectos expresivos. Su principal objetivo es fomentar que el niño autista realice producciones comunicativas (orales, gestuales o ambas) de manera espontánea, social y significativa por lo que tendrá más peso la imitación que haga el niño de lo que realiza el adulto y el modelado. Es precisamente esto lo que lo diferencia de otras estrategias que están más centradas en la comprensión.

El sistema de comunicación por imágenes (PECS) es otra estrategia del sistema de comunicación aumentativo y alternativo en la cual se aprende a intercambia tarjetas de imágenes por las cosas o actividades que aparecen retratadas en ellas. Del PECS hablaremos en próximos artículos ya que posee altos índices de eficacia.

Los principales beneficios de utilizar el sistema CAA es que reduce la frustración aumentando la motivación para comunicarse del autista, disminuye las dificultades del comportamiento, aumenta la interacción social al promover las relaciones interpersonales, mejorar las habilidades lingüísticas y producir un aumento de los intentos y producciones espontaneas de palabras. A nivel familiar, los padres podrán sentirse mejor al descubrir otras maneras de poder interactuar con sus hijos.

Me gustaría terminar con una cita de la Asociación Americana Del Habla, Lenguaje y Audición que resumen de una manera magistral que es lo que persigue en última instancia el sistema de comunicación aumentativa y alternativa: “todas las personas, independientemente del alcance o la gravedad de su discapacidad, tienen el derecho básico a incidir, a través de la comunicación, en las condiciones de su propia existencia.”

 

El método Denver, una intervención temprana para TEA

Es un hecho que la detección y una intervención temprana en los trastornos del espectro autista (TEA) facilita las posibilidades de una mejor adaptación del niño a la vida. Ello es debido a la plasticidad cerebral que es la capacidad del sistema nervioso para adaptarse a los cambios, creando nuevas conexiones neuronales o haciendo que otras partes del cerebro asuman funciones que en principio no son las suyas. Esto lo podemos observar en lesiones en las que, por ejemplo, se compromete la zona del habla situada en el hemisferio izquierdo, si esto ocurre cuando el niño es pequeño el hemisferio derecho puede asumir ese rol equilibrando así esta deficiencia. La mayor plasticidad cerebral se encuentra desde el nacimiento hasta los 6 años de edad. Esto no quiere decir que tras esa edad no exista, solo que costará un poco más conseguir los logros.
Es precisamente por esto que es tan necesaria y aconsejable una intervención temprana y en el área del autismo el método o modelo Denver es quién mejor aprovecha la plasticidad cerebral.

El Modelo Denver de Intervención Temprana fue desarrollado por Sally Rogers y Géraldine Dawson en Estados unidos en los años 80. Se basa en el Análisis Conductual Aplicado (ABA), en el entrenamiento en Respuestas Centrales (PRT) y en los descubrimientos empíricos de investigaciones realizadas en el campo del desarrollo infantil y la intervención temprana en niños con discapacidades y problemas del neurodesarrollo. Clicka en este enlace para ver los beneficios del Método Denver.

El resultado de esto ha sido la creación de un método único para atender a niños desde 1 año hasta los 5 años de edad, con una intervención intensiva de 20 horas semanales con sesiones individuales de trabajo de dos horas, dos veces al día, cinco días a la semana que se realiza tanto en el hogar, como en la escuela o el centro de atención específica al que acuda el menor con el objetivo de generalizar a distintos ámbitos y contextos lo aprendido. Para la aplicación del modelo Denver es imprescindible el trabajo multidisplinar entre los padres y los profesionales, siendo de vital importancia que tanto el padre como la madre se involucren activamente en esto.

 

«Formación Online Introductorio Oficial del Modelo Denver de Atención Temprana»
19 – 20 Noviembre 2020
Más información

 

Para el modelo Denver uno de los principales déficits que presenta el niño con autismo es el relacionado con el aprendizaje social y la comunicación. Por lo que el foco de atención de la intervención se basada en la interacción y las relaciones. A través del juego, de los intereses que vaya mostrando el pequeño se van fomentando las relaciones sociales, el lenguaje y la imitación para aprender nuevos comportamientos. Rogers y Dawson, tienen en cuenta que quienes padecen un trastorno del espectro autistas no se benefician del aprendizaje por ensayo y error por lo que es necesario utilizar otros métodos como el modelado, la imitación y el refuerzo positivo.

El programa se basa en un estudio pormenorizado del niño con TEA para realizar una intervención personalizada, adaptada a sus necesidades. Esta evaluación no solo es inicial, se realiza de forma diaria y cada doce semanas de esta manera se hace un seguimiento del progreso del niño en el que podremos detectar cada posible problema y avance para mejorar la intervención.

Tras esto se asigna a uno de los siguen niveles de intervención:
• Nivel 1: de los 12 hasta los 18 meses de edad.
• Nivel 2: desde los 18 hasta los 24 meses de edad.
• Nivel 3: desde los 24 hasta los 36 meses de edad.
• Nivel 4: desde los 36 hasta los 48 meses de edad.

Los pequeños son valorados utilizando la lista de verificación del método Denver y según el nivel de intervención al que se le asigna, a la información obtenida y las metas que los padres valoran más importante se redactan entre 15-25 objetivos que determinarán las habilidades que se trabajarán durante las próximas 12 semanas de manera intensiva.

Cada objetivo, a su vez, se divide en 6 pasos para conseguirlos y son estos los que guiaran las actividades que se realizaran en las sesiones y con los que se rellanada una hoja de progreso por sesión que hay que señalar cada 15 minutos. De esta manera podremos ir optimizando la sesión de intervención para que sea cada vez más efectiva.

Toda esta información es analizada todas las semanas y son la base a través de la cual se irán actualizando y reformulando la intervención.
¿Cómo se aplica entonces el método Denver? Muy simple, jugando. Los profesionales y/o los padres juegan y se relacionan con el niño a partir del interés que muestre éste por algún juguete, juego, aluna actividad como puede ser dibujar, etc. Una vez que se selecciona un interés el adulto tiene que realizar constantemente un modelado siguiendo los pasos de antecedente-conducta-consecuencia.

Por ejemplo, el niño señala un libro para colorear, el adulto toma el libro y los colores se lo enseña y dice dibujar, el niño vuelve a señalar y el adulto de nuevo dice “dibujar”, hasta que el niño repite la palabra entonces se le facilita los útiles, cuando el niño abre los colores o el libro, se dice abrir y se repite el gesto hasta que él lo dice, después a través de turnos se va interactuando con el niño diciendo el adulto siempre lo que está haciendo y terminando con “te toca a ti”.

De esta manera ambos se relacionan entre sí, comunicándose por turnos de manera que van intercambiando roles, haciendo algo divertido juntos que fortalecerá la relación de manera que a través de esto se vayan consiguiendo los objetivos propuestos.
El principal objetivo del método Denver es conseguir en el niño un lenguaje espontaneo y para lograrlo comienza con desde lo más sencillo acompañado con gestos no verbales hasta que desarrollan ellos un uso cada vez mayor del habla para comunicarse.
Así lo avalan los últimos estudios del método en que se encontró que el 90% de los niños que siguieron el programa desarrollan un lenguaje comunicativo en los dos primeros años tras comenzar con el estudio. También se ha demostrado su eficacia por el estudio de Dawson y cols, en 2010 y que fue financiado por National Institute of Health.

LA ATENCION CONJUNTA COMO HABILIDAD PIVOTAL

Todos sabemos que la interacción es el mecanismo básico del desarrollo humano. A su vez, la comunicación es la base de toda interacción social. Una secuencia de interacción social se caracteriza por una sucesión de acciones y reacciones de cada uno interlocutor, los cuales requieren una coordinación para adaptar su conducta a la respuesta del otro. Pero cuando la interacción tiene lugar con un niño pequeño, es el adulto el que inicialmente asume la mayor parte de responsabilidad en el mantenimiento de dicha coordinación (Sun y Rao, 2012).
El niño, desde que nace, dispone de un bagaje de capacidades perceptivo-motoras y afectivo-emocionales que le permitirán establecer y mantener esos intercambios sociales. Se trata de lo que Trevarthen (1990) denominó intersubjetividad primaria, que tiene lugar entre los dos y los cuatro meses.
Clark (2009) ha señalado que los participantes en una conversación necesitan observar cierto número de condiciones para que la comunicación sea eficaz, lo que implica que deben:
• compartir un centro de atención
• tener en cuenta el conocimiento de su interlocutor y adaptar su lenguaje a ese conocimiento
• elegir actos de habla apropiados para los significados que intentan transmitir
• escuchar lo que dicen los otros para poder hacer contribuciones apropiadas cuando les llegue el turno.
Así pues, la atención conjunta constituye la primera condición sobre la que se construye la comunicación. Pero, ¿qué es o cómo se define la atención conjunta? Utterworth (1991) la define como la capacidad de seguir la dirección de la mirada del otro, o «mirar donde alguien más está mirando». Sin embargo, Tomasello, (1995) nos advierte:
“La atención conjunta no es simplemente que dos personas estén mirando el mismo objeto a la vez. Tampoco es que una persona esté observando a otra mientras ésta explora un objeto, ni tampoco es cuando el niño alterna su atención entre dos fenómenos (una persona y un objeto) con igual interés”.
¿Por qué es tan importante esta habilidad para el desarrollo de la comunicación? M. Amparo Parreño, logopeda en Red Cenit en Valencia nos lo explica así: “La ATENCIÓN conduce a la ESCUCHA… la ESCUCHA frecuente conduce a la COMPRENSIÓN del LENGUAJE… y comprendiendo el LENGUAJE nos lleva a la COMUNICACIÓN… de manera que tras la COMUNICACIÓN (mirada, gestos, expresiones faciales) viene el HABLA”.

En los niños con TEA la atención conjunta y la imitación, se han evidenciado como habilidades esenciales para empezar a establecer intercambios sociales y comunicativos en los que el lenguaje pueda desarrollarse (Carpenter, Nagell yTomasello, 1998).
Los niños con TEA manifiestan alteraciones en el desarrollo de esta capacidad, especialmente la de carácter declarativo. De hecho, estos déficits constituyen uno de sus indicadores precoces más potentes.
Desde estas consideraciones, es evidente la necesidad de intervención temprana en habilidades de esta naturaleza. Aunque todavía escasos, existen ya distintos trabajos que demuestran la eficacia del abordaje precoz de esta capacidad. La atención conjunta puede constituirse así en una habilidad pivotal, que implica cambios positivos en otras áreas no afrontadas directamente.
Entonces, ¿cómo podemos trabajar esta habilidad? A través de actividades dirigidas a incitar situaciones de atención compartida:
1. Señalar:
– toca el objeto que estés señalando en lugar de señalarlo desde lejos.
– crea situaciones en las cuales sea probable que ésta ocurra. Por ejemplo, ver libros de dibujos: a la vez que veis el libro, señala la imagen y nómbrala. Esto demostrará al niño una forma de atención conjunta que puede copiar.
2. El cesto de los tesoros: pon distintos juguetes u objetos de interés para el niño en una bolsa y por turnos id sacándolos.
3. Esconder juguetes. Cuando lo encuentre exagera tu reacción, señalando el objeto y diciendo su nombre.
4. Crear situaciones en las que suceda algo inesperado. Por ejemplo, antes de comenzar una nueva unidad didáctica, o trabajar un aspecto concreto parte de un elemento sorpresivo para generar interés.
Desde el blog El Sonido de la Hierba al Crecer nos describen esta forma de trabajo de excelente manera a través de un ejemplo:
“Después de haber realizado una actividad en mesa con el niño, te levantas sin decir nada, sacas un cordel de uno de tus bolsillos, lo examinas con gran interés, tomas una hoja de papel, un lapicero, algo que te sirva de apoyo (una carpeta, por ejemplo) y te sientas en el suelo. Durante este proceso, harás cada paso muy despacio, observando si el niño mira qué estás haciendo. En el caso de que el niño no mire, dices verbalmente lo que estás haciendo: “Oh, me caso un cordel del bolsillo del pantalón”, etc.

Una vez sentada en el suelo, miras el cordel, lo tocas, haces un lazo, sueltas el lazo… y otras figuras. Al final, dibujas una de las formas del cordel en la hoja de papel.

El objetivo es que el niño muestre interés por lo que estás haciendo y manifieste también sus ganas por hacer lo mismo:
– el niño pide un cordel para él (tendrás otro preparado en el bolsillo)
– el niño te pide tu cordel
– el niño pregunta ¿qué haces?
– el niño te pide que hagas otras figuras con el cordel

Para saber mas:
Connie Kasari, Stephanny Freeman, and Tanya Paparella (2006). Joint attention and symbolic play in youngchildren with autism: a randomized controlledintervention study
https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2010/05/la-atencion-compartida-paso-paso.html#ixzz5niar2Zg4

Centro Tierra

El Centro Tierra se encuentra en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).
Direccion: Calle Las Barreras N° 3620, Edificio Pitajaya, planta baja, oficina N° 3
Entre 3er y 4to anillo, a media cuadra de la Av. Alemana. Mismo edificio de la Fundación Corazón Sano.

Escríbenos

Si deseas contactar con el Centro de Atención Temprana Tierra, puedes en llamar al teléfono 78033804 / 3299897 o rellenar el formulario de contacto, le responderemos en el menor tiempo posible. Puedes rellenar el formulario desde la sección de contacto. Pincha AQUÍ

Contacto

Teléfono: 78033804 / 3299897