¿Cómo puedo favorecer un adecuado desarrollo de la lectoescritura? Habilidades prelectoras y lectoescritura

Actualmente, hay diversos estudios que señalan la importancia tanto de evaluar a edades muy tempranas las habilidades metafonológicas del alumnado así como de  la necesidad de integrar en el currículum de educación infantil actividades lúdicas que lleven la atención de los niños hacia la estructura fonológica del habla. De este modo, se favorecerá el aprendizaje lectoescritor y se podrán prevenir posibles dificultades en este aprendizaje (Herrera y Defior, 2005).

Debido a todo ello, a continuación se exponen algunas claves importantes que pueden favorecer el desarrollo adecuado del proceso lectoescritor:

  1. Establecer un hábito lector diario de unos 15/20 minutos máximo de duración.

El contenido de dicha lectura se recomienda que sea de una temática de interés para el niño o niña, independientemente de si se trata de un cuento, una revista o un cómic. El punto relevante es que adquiera una actitud positiva para la lectura. En las primeras etapas, en las que aún no se ha desarrollado la lectoescritura, se puede leer un cuento al niño, y llamar la atención sobre letras y palabras escritas. En etapas más avanzadas, se puede dejar leer un párrafo al adulto y otro al niño/a. Conforme el menor avance en lectoescritura, irá leyendo más: una hoja, un capítulo, etc.

  1. Entrenamiento de la lectoescritura mediante aplicaciones móviles.

Se pueden llevar a cabo un entrenamiento a través de aplicaciones diseñadas para móviles. En concreto, (una vez iniciado el proceso lector), se recomienda el uso de la aplicación GALEXIA. Se trata de una aplicación móvil diseñada para el trabajo con niños/as (a partir de 6 años), con dislexia o dificultades en el desarrollo de la lectoescritura (o para mejorar este proceso lectoescritor per se). La aplicación ha sido diseñada por la Universidad de Granada, tiene una intefaz lúdica y que motiva mucho a niños/as. Es fácil de usar y manejar, y se descarga de manera gratuita. Se adapta al ritmo de cada participante, es estructurada y secuencial (parte de lectura de sílabas, palabras y finalmente textos). Además, tiene apoyo científico, ya que da soporte a un programa de intervención, basado en evidencia y validado clínicamente en entornos ecológicos con niños con diagnóstico de dislexia (Serrano y colaboradores, 2012).

  1. Trabajar las habilidades fonológicas mediante juegos o actividades divertidas.

Algunos ejemplos para el trabajo de la conciencia fonémica, silábica y lexical son:

  • Jugar al veo-veo. Se puede dar de clave el nombre de la letra… “veo una cosa que empieza por…s” o el sonido “veo una cosa que empieza por /ffff/”.
  • Tareas de adición (de fonemas o sílabas). Por ejemplo, dígale “empieza con /p/ y agrega /a/n/. ¿Qué palabra escuchas si las unes?”.
  • Tareas de sustitución (de fonemas o sílabas): “si a mar, le quitamos la última letra y la sustituimos por /l/, ¿qué palabra nos queda?”
  • Tareas de omisión (de fonemas o sílabas): “si a la palabra -casa- le quitamos la primera sílaba, ¿qué nos queda?”
  • Unir letras para formar palabras. Por ejemplo, decir las cuatro letras de casa pero desordenadas. El alumno/a debe escribir las letras, ordenarlas y formar una palabra conocida.
  • Contar sílabas y separar sílabas. Decir una palabra y  contar el número de sílabas que presenta dicha palabra y viceversa, decimos sílabas y se deben unir para formar una palabra (el alumno/a se puede ayudar de palmadas). Se pueden también decir las sílabas desordenadas, para que el niño o niña las ordene y forme la palabra.
  • Contar palabras en una frase. Por ejemplo: “mi hermano se llama Lucas” (palmada por palabra y contamos 5 palabras).
  • Elaborar frases según un número de palabras dado (por ejemplo, crea una frase con 4 palabras).
  • Repetir ritmos. Se realizan ritmos con golpes en la mesa o con palmadas, que varíen en longitud y complejidad, y se deben reproducir.
  • Encontrar rimas o crear rimas entre palabras.

Todas estas actividades se pueden personalizar para cada alumno/a, aunque también existen numerosos blogs educativos que diseñan y comparten de forma gratuita actividades para trabajar todos estos aspectos: yenga de habilidades fonológicas, bingo silábico, memory de rimas, etc. Algunos de estos blog son:”Neurorial”, “Pedagoqué” o “Orientación Andújar”.

  1. Usar juegos educativos o de mesa.

Algunos de los que más motivan al alumnado son:

  • “Palabrea” (Lúdilo). Es un juego donde se entrena la capacidad de acceso al léxico (10 categorías: animal, ciudad, país, serie de tv, objeto, nombre propio, planta o árbol, profesión, comida y personaje famoso). Se recomienda para niños/as a partir de 6 años.
  • “Letra a letra” (Thinkfun). Juedo diseñado para niños/as a partir de 8-10 años. El juego consiste en una carta con anillos de tres colores, rojo, azul y negro. Dentro de esos círculos hay escrita una palabra, sin separar las letras. El jugador debe adivinar dónde comienza la palabra y la palabra en cuestión. Hay tres niveles de dificultad (en función del color de la palabra).
  • “Carrera de letras” (Lúdilo). Su uso se recomienda a partir de 6 años. Por grupos, cada equipo tiene que encontrar una palabra correcta con la que conseguir el mayor número de letras posible.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  • Herrera, L., y Defior, S. (2005). Una Aproximación al Procesamiento Fonológico de los Niños Prelectores: Conciencia Fonológica, Memoria Verbal a Corto Plazo y Denominación. Psykhe, 14(2),81-95.
  • Serrano y colaboradoras, (2012). Intervención en dislexia evolutiva en la escuela y en la universidad. En Navarro, J; Fernández, Mª.Tª; Soto, F.J. y Tortosa F. (Coords.) (2012) Respuestas flexibles en contextos educativos diversos. Murcia: Consejería de Educación, Formación y Empleo

EVIDIENCIA CIENTÍFICA SOBRE EL MODELO DENVER

Actualmente, el modelo Denver es uno de los enfoques clínicos para la intervención en los Trastornos del Espectro Autista (TEA) que más fuerza está alcanzando. Existen cada vez más psicólogos, neuropsicólogos, médicos pediatras, profesionales de la educación, etc., que se interesan por dicho modelo. Todo este auge está justificado por el desarrollo de numerosas investigaciones que respaldan su eficacia. En líneas generales, el Modelo Denver determina objetivos cronológicos a los niños/as con diagnóstico de TEA, basándose en un diagnóstico precoz y en una intervención temprana para conseguir mayores resultados gracias a la plasticidad del cerebro infantil (Martos y Llorente, 2013). El Modelo Denver va dirigido a dos grupos de poblaciones:
– Niños/as de 2 a 5 años de edad.
– Niños/as con 18 a 24 meses de edad (en este caso, el modelo se denomina Modelo Denver de Comienzo Temprano- ESDM por sus siglas en inglés, Early Start Denver Model).

Pero, ¿qué dicen exactamente estos estudios? ¿Cuál es la eficacia real de este modelo? ¿Por qué es mejor que otro tipo de intervenciones? ¿Cómo de duradero es el efecto? A continuación, se intenta responder a estas preguntas, aportando diferentes resultados de estudios recientes.

¿Es mejor la intervención basada en el Modelo Denver (o ESDM) que otras intervenciones?
Un estudio realizado por Hong-Hua y colaboradores en 2018, analizó la eficacia de la intervención del modelo Denver con respecto a otra intervención tradicional (n=20 para dos grupos de niños y niñas con diagnóstico de TEA, que fueron asignados a los dos grupos de forma aleatoria). Ambas intervenciones mejoraron las puntuaciones en las escalas “Aberrant Behavior Checklist” (ABC) y “Childhood Autism Rating Scale” (CARS) de forma significativa. Es decir, tanto la intervención convencional como la intervención utilizando el ESDM mejoraban el aislamiento social y la hiperactividad (entre otros aspectos) en niños con TEA de 2 a 5 años. Sin embargo, la intervención ESDM se reveló más efectiva para mejorar los problemas de comportamiento y conducta de los niños con diagnóstico de TEA.

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¿Es duradero el efecto positivo de la intervención a largo plazo?
Un estudio (Estes y colaboradores, 2015) realizó un seguimiento de 39 niños con TEA que comenzaron a participar en un ensayo clínico aleatorizado que probaba la efectividad del ESDM a la edad de 18 a 30 meses (con respecto a otro tipo de intervención). La intervención, realizada a un alto nivel de intensidad en el hogar durante 2 años, mostró evidencia de eficacia inmediatamente después del tratamiento. Posteriormente, ambos grupos de niños/as fueron evaluados a la edad de 6 años (2 años después de terminar la intervención -la evaluación fue realizada por médicos que no conocían el estado anterior del grupo de intervención). Los resultados mostraron que el grupo ESDM mantenía los avances logrados: la capacidad intelectual general, el comportamiento adaptativo, el comportamiento desafiante y la gravedad de los síntomas en general. Además, y a pesar de que no se encontraron diferencias entre los dos grupos (grupo con intervención ESDM y grupo con otro tipo de intervención) en los síntomas centrales del autismo inmediatamente después del tratamiento, dos años después el grupo ESDM sí mostro una mejoría en dichos aspectos.

Además de las mejoras en sintomatología y conducta, ¿qué otros efectos se aprecian?
Un ensayo clínico aleatorizado (Dawson y colaboradores, 2012) indicó que una intervención mediante el ESDM mejoraba el coeficiente intelectual, el lenguaje y el comportamiento adaptativo de los niños con trastorno del espectro autista. Posteriormente, el estudio continuó con 48 niños (con edades comprendidas entre 18 y 30 meses) con diagnóstico de TEA fueron asignadas al azar para recibir ESDM o intervención comunitaria durante 2 años. Después de la intervención, es decir cuando los niños/as tenían entre 48 a 77 meses de edad, se midió la actividad del EEG en la realización de diferentes tareas (por ejemplo, una tarea de visualización de caras). Además, se evaluaron niños/as normotípicos de la misma edad realizando las mismas tareas. Los resultados mostraron que el grupo ESDM presentaban mejoras significativas en síntomas centrales del autismo, en el coeficiente coeficiente intelectual, el lenguaje y en los comportamientos sociales y adaptativos, en comparación con el grupo de intervención comunitaria. Además, el grupo de ESDM y el grupo control (niños/as normotípicos) mostraron una latencia de Nc más corta y un aumento de la activación cortical (disminución de la potencia α y aumento de la potencia θ) (en una tarea en la que se visualizaban diferentes caras), mientras que el grupo de intervención comunitaria mostró el patrón opuesto. Una mayor activación cortical al ver caras se asoció con una mejor conducta social. En conclusión, este estudio demostró que la intervención ESDM en niños/as con TEA, se asocia con patrones normalizados de actividad cerebral, lo que a su vez se asocia con mejoras en el comportamiento social.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Dawson, G., Jones, E.,Merkle, K., Venema, K., Lowy, R., Faja, S., Kamara, D., Murias, M., Greenson, J., Winter, J., Smith, M., Rogers, S., Webb, S. (2012). Early behavioral intervention is associated with normalized brain activity in young children with autism. Journal of the American Academy of child and adolescent psychiatry, 51(11):1150-9.
Estes, A., Munson , J., Rogers ,S., Greenson , J., Winter , J., y Dawson, G. (2015). Long-Term Outcomes of Early Intervention in 6-Year-Old Children With Autism Spectrum Disorder. Journal of the American Academy of child and adolescent psychiatry, 54(7):580-7.
Hong-Hua, L. , Chun-LiL., Di G., Xiu-Yu, P., Lin, D., Fei-Yong, J. (2018). Preliminary application of Early Start Denver Model in children with autism spectrum disorder. Journal of the American Academy of child and adolescent psychiatry ,20(10):793-798.
Martos, J., y Llorente-Comí, M (2013). Tratamiento de los trastornos del espectro autista: unión entre la comprensión y la práctica basada en la evidencia. Revista de Neurología, 57, 185-91.

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EL TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA Y LOS APOYOS VISUALES

Hacia finales de los años setenta surgió la teoría de que las personas con diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA) procesan y retienen mejor la información si se presenta de forma visual (en contraposición con el procesamiento verbal). Esta característica es importante en todos los ámbitos de intervención de una persona con TEA, ya que puede ayudar tanto a la comprensión de mensajes como al procesamiento mental, y de ahí deriva la importancia de emplear apoyos visuales diariamente. Una de las personas con diagnóstico del TEA que más se ha empeñado en divulgar el procesamiento visual es Temple Grandin. Recomendada visualización de su Charla TED “El mundo necesita todo tipo de mentes”.

Los apoyos visuales pueden ser objetos reales, imágenes de objetos reales o pictogramas. La elección de una u otra opción dependerá siempre del grado de comprensión de la persona con TEA. El uso de dichos apoyos permitirá anticipar qué va a ocurrir, prever cambios en la organización del día, generar autonomía en los distintos entornos donde se desenvuelva el chico/a, así como emplear los apoyos visuales como un sistema alternativo y/o aumentativo de comunicación (SSAACC) mediante el intercambio de imágenes.

Los SAAC son instrumentos de intervención logopédica o educativa destinados a personas con alteraciones diversas de la comunicación o lenguaje, y cuyo objetivo es la enseñanza, mediante procedimientos específicos de instrucción, de un conjunto estructurado de códigos no vocales, necesitados o no de soporte físico, que permiten funciones de representación y que sirven para llevar a cabo actos de comunicación (funcional, espontánea o generalizable), por sí solos o en conjunción de códigos vocales, o como apoyo parcial a los mismos o en conjunción con otros códigos no vocales (Sotillo, 2001). Se diferencian entre sistemas sin ayuda (no necesitan ningún elemento físico externo al emisor de dicho código para realizarlo, como la lengua de signos) o sistemas con ayuda (requieren un apoyo físico, material, ayuda exterior independiente del emisor, como el Braille). Además, se diferencia entre aumentativos o complementarios (comunicarse como complemento a vocalizaciones hasta que se adquiere habla funcional) o alternativos (si nunca se adquiere el lenguaje oral).

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Uno de los SAAC más utilizado en alumnado con TEA es el PECS (sistema por intercambio de imágenes, por sus siglas en inglés: Picture Exchange Communication System). El PECS es un sistema aumentativo alternativo de la comunicación basado en el intercambio de pictogramas. Va dirigido a niños de todas las edades con diferentes perfiles cognitivos y físicos y de la comunicación, y especialmente a niños/as con diagnostico de TEA. El objetivo es enseñar una comunicación funcional y efectiva, aportando independencia al individuo en su vida cotidiana.

Las ventajas que presenta son:
– Fomenta la comunicación funcional y el habla.
– Promueve la comunicación independiente.
– Se obtienen resultados positivos en todos los rangos de edad.
– Es fácil de usar.
– Usa materiales simples de diseñar y de bajo coste.
– Requiere mínima habilidad motora, con requisito del uso de extremidades superiores.

Por otro lado, presenta algunos inconvenientes como que es un material pesado para transportar, supone una comunicación lenta, es preciso un entrenamiento previo y puede conllevar a errores por interpretar de forma subjetiva algunos pictogramas. El PECS se compone de 6 fases. FASE 1. “Cómo comunicarse”: se comienza el intercambio de imágenes. FASE 2. “Distancia y persistencia”: generalización del uso de los pictogramas. FASE 3. “Discriminación de imágenes”: elección de imágenes. FASE 4. “Estructura de la oración”: construcción de oraciones simples. FASE 5. “Peticiones en respuesta”: aprender a responder preguntas y FASE 6. “Comentario”: aprenden a comentar preguntas más generales y a realizar oraciones más complejas.

Además del PECS, otro de los sistemas más generalizados (tanto en ámbito educativo, clínico como familiar) es el uso de agendas visuales para niños y niñas con TEA. Las agendas visuales sirven para informar sobre la rutina diaria: qué se va a hacer en cada momento del día y por cuánto tiempo. Se debe tener siempre a vista, para poder ir revisando las actividades que acaban y que comienzan. Todo ello ayuda a estructurar el tiempo de forma visual, controlar el tiempo y favorecer la orientación temporal y así reducir los niveles de ansiedad que pueden sufrir las personas con TEA, ofreciendo un entorno controlado y predecible.

Una de las principales características que deben tener las agendas visuales es la ADAPTACIÓN a las peculiaridades del niño/a que va a usarla. No todas valen para todas. Un factor a tener en cuenta para diseñarlas es la capacidad de abstracción simbólica (por lo que habrá que hacer una evaluación exhaustiva de este aspecto). Así, de menor a mayor capacidad de abstracción, se pueden diferenciar:

1. Agenda de objeto real.

2. Agenda de foto real.

3. Agenda de pictogramas.

4. Agenda escrita.

Debido a que la diversidad es una de las características más peculiares de la condición humana y se extiende a todos los ámbitos, es necesaria una búsqueda incesante de recursos que atiendan a dicha diversidad, y en última instancia, aumenten el bienestar de las personas.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Sotillo, M. (2001). Sistemas alternativos de comunicación. Madrid: Editorial Trotta. https://www.pecs-spain.com
Bondy, A. (2001). Pecs: potential benefits and risks. The Behavior Analyst Today, 2, 127-132.

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El juego en niños con Trastorno del Espectro Autista

El término desarrollo se refiere a una serie de cambios que se producen entre la concepción y la muerte de los seres vivos. Muchos de los cambios que ocurren durante el desarrollo se deben al crecimiento y la maduración. La maduración comprende los cambios que ocurren de manera natural y espontánea y que está en buena parte programada genéticamente y, en otra, dependiente del medio (por ejemplo el desarrollo físico). Otros cambios son producidos por el aprendizaje que ocurre cuando los individuos se relacionan con su ambiente y constituye una parte importante del desarrollo de la persona.

El juego es parte importante en este desarrollo (y en el aprendizaje), y está marcado por diferentes “hitos” que nos va a permitir observar la evolución de un niño o niña. Así, alrededor de los 24 meses, los niños juegan y comparten juguetes con otros niños. También, comienzan a imitar sonidos de animales y objetos conocidos como juego. Un hito importante es la aparición del juego funcional (comienzan a reproducir acciones reales con juguetes). Más adelante, sobre los 36 meses, el juego sigue presentando gran componente motor (el desarrollo cognitivo y motor está muy ligado en la primera
infancia).

Por ello, los niños corren, enroscan, enhebran, encajan piezas, muestran preferencias entre sus iguales para jugar, aplican normas y reglas sencillas al juego o realizan juego simbólico.

Una de las características de las personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro Autista (DSM.V), es la aparición de patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades que se manifiestan, por ejemplo en conductas tales como alineación de juguetes o dificultades para compartir el juego imaginativo o para hacer amigos. A veces, este tipo de juegos (junto a laausencia o dificultades en el lenguaje) son los primeros signos de alarma para los padres/madres.

Por tanto, el juego se convierte en una de las áreas afectadas y sobre las que hay que trabajar en TEA, y a su vez es una de las herramientas más valiosas a la hora de diseñar una intervención efectiva para alumnado con TEA.

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A continuación, se describen algunas consideraciones generales que pueden servir tanto al ámbito familiar como educativo a la hora de enfrentar el juego en niños/as con TEA:

1. Estructura. El juego debe ser estructurado. Las sesiones de juego deben separarse en partes pequeñas.

2. Comprensión del juego y contexto. Debemos asegurarnos que se comprende el juego y sus reglas (si es necesario usar pictogramas, acompañados de la orden verbal).

3. Modelado. Un adulto debe modelar el juego y ayudar. Si es un juego solitario, el adulto posteriormente se irá retirando. Si el juego implica a iguales, pueden pasar a modelar los iguales, hasta que el niño/a logre realizar el juego sin ayuda.

4. Reforzador. El juego debe ser un reforzador siempre, debe ser
agradable.

5. Juego en familia. El juego es una de las conductas que más tiene lugar en la casa, en familia, ya que es el sitio donde los niños/as suelen pasar la mayor parte del tiempo. Por tanto, la familia toma un papel primordial en este aspecto siendo los principales agentes activos en las intervenciones, por lo que hay que dotarles de herramientas útiles en su día a día. De hecho, numerosos estudios abalan la importancia de involucrar en este sentido a los progenitores, ofrecerles herramientas y
habilidades para llevar a cabo los juegos, y además motivarlos a que jueguen con sus hijos (Román-Oyola, Figueroa-Feliciano, TorresMartínez y colaboradores, 2018).

6. Juego cooperativo. En el ámbito educativo, especialmente en etapas infantiles, se está estudiando el uso de metodologías cooperativas. Los resultados muestran que mejora las relaciones sociales y facilita la inclusión de alumnado con TEA, despertando en sus compañeros conductas prosociales, al tiempo que el niño con diagnóstico de TEA nos hace participes de su entorno, mejorando la cohesión del grupo (Cuéllar, Pérez y De la Iglesia, 2015).

7. Otros aspectos importantes:
a. Es necesario partir de los intereses y puntos fuertes del niño/a. Por difícil que parezca en muchas ocasiones, siempre se encuentra algún aspecto motivador. También podemos dar a elegir entre dos opciones.
b. En niños más pequeños, utiliza la anticipación…¡1,2 y 3! Pausa la actividad que le gusta y espera a que solicite seguir con el juego.
c. Utiliza el juego para favorecer la comunicación. Pon juguetes u objetos de su interés fuera de su alcance, y ayúdale a que lo pida.
d. Realiza juegos donde se precisa la interacción: cucu-tras, cosquillas, lanzar al niño/a hacia arriba, etc.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Asociación Americana de Psiquiatría (2013). DSM-5.

Cuéllar, Y., Pérez-Brunicardi, D., y De la Iglesia, M. (2015). Enseñanza cooperativa como instrumento para la inclusión de un niño con trastorno de espectro autista (tea) mediante juegos cooperativos en un aula de educación infantil. Revista arbitrada del cieg, 259-271.

Román-Oyola,R., Figueroa-Feliciano , V., Torres-Martínez ,Y., Torres-Vélez ,

J., Pizarro, E., Fragoso-Pagán , S., y Torres-Colón,L. (2013). Play, Playfulness, and Self-Efficacy: Parental Experiences with Children on the Autism Spectrum. Occup Ther Int, 1, 201.

Bases sobre trastorno por déficit de atención e hiperactividad ( TDAH)

Bases sobre trastorno por déficit de atención e hiperactividad ( TDAH)

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno neuroconductual en el que existen alteraciones significativas en la atención, el control de impulsos, la autorregulación y el nivel de actividad.

Los datos epidemiológicos que aporta la FAADAH (Federación Española de Asociaciones de TDAH), sugieren que el TDAH es el trastorno psiquiátrico más frecuente en la infancia. Se estima que lo padece el 5% de la población infantil-juvenil (aunque algunos estudios estiman un 7%, Sakakihara, 2013). Todo ello equivale a uno o dos niños por aula. El TDAH es más frecuente en varones que en mujeres (1 de cada 4-9). Además, el síntoma de impulsividad aparece más asociado a varones con TDAH.

El alumnado con TDAH presenta un patrón persistente de falta de atención (dificultades de atención sostenida o selectiva, que genera, por ejemplo, trabajos sin terminar, con errores, sucios y desordenados), impulsividad (bajo control inhibitorio), acompañada o no de hiperactividad (excesiva actividad motora). Todo ello afecta tanto al aprendizaje escolar (rendimiento escolar afectado) como social y familiar (incumplimiento de normas, relaciones sociales…). Habitualmente, el TDAH es diagnosticado en los primeros años de Educación Primaria, cuando se requiere que el niño permanezca sentado y preste atención de forma mantenida durante toda la jornada escolar.

Debido a todo ello, el TDAH es un trastorno heterogéneo del que se han determinado varios subtipos por la predominancia de los síntomas, los más conocidos son:

TDA, predominio déficit de atención. El síntoma predominante es el déficit de atención, durante al menos 6 meses. (enlentecimiento de la velocidad de procesamiento de la información).

– TDAH, predominio hiperactivo-impulsivo, siendo el síntoma predominante durante, al menos 6 meses (más común en varones).

– Tipo Combinado (TDAH-C):
tanto el déficit de atención como la hiperactividad e impulsividad están presentes. Existe más probabilidad de continuar en la vida adulta o derivar en trastorno negativista-desafiante o disocial.

La etiología y fisiopatología del TDAH no se comprende completamente. Existe evidencia de una base genética para el TDAH, pero es probable que involucre muchos genes de pequeño efecto individual. Si bien, algunos estudios indican que cuando uno de los progenitores tiene TDAH la probabilidad de tener un hijo con TDAH es del 40-50%. Con respecto a los datos neurobiológicos, a nivel estructural y funcional se han demostrado diferencias en las dimensiones de los lóbulos frontales, el núcleo caudado y el vermis cerebeloso (entre niños con TDAH y sin TDAH) (Tripp, Wickens, 2009). Además, otros estudios sugieren la existencia de un retraso marcado en la maduración cerebral en los niños con TDAH, que se evidencia sobre todo en regiones prefrontales (Shaw, 2007).

La intervención en TDAH es fundamental para favorecer el desarrollo y funcionamiento de los menores que lo padecen. Para ello, es precisa una detección e intervención precoz por parte de un equipo multiprofesional. El abordaje del TDAH contemplará diferentes tipos de tratamientos. Así, el informe de consenso de la NIH (National Institute of Mental Health), publicado en Febrero de 2000 insiste no solamente en la demostrada eficacia del tratamiento farmacológico en el TDAH (principalmente estimulantes y tricíclicos), sino también asigna a las terapias comportamentales y a los tratamientos combinados (multimodales) un papel relevante en el abordaje terapéutico del TDAH.

Con respecto a la intervención farmacológica, existen multitud de estudios y fármacos en la actualidad. Actualmente, la dopamina parece ser uno de los neurotransmisores clave y el metilfenidato puede actuar de forma efectiva en muchos pacientes con TDAH (Tripp, Wickens, 2009).

Con respecto a la intervención psicológica/pedagógica es preciso un abordaje emocional (regulación emocional, resolución de conflictos…), conductual (control de impulsos, resolución de problemas, etc.) y cognitivo (mejora de los sistemas atencionales, entrenamiento de las funciones ejecutivas: planificación, memoria de trabajo, control inhibitorio, etc.). Una de las estrategias que más se utilizan en la práctica clínica (y se transfieren a la práctica educativa), es el uso de autoinstrucciones. Las autoinstrucciones no son más que decirnos mentalmente los pasos que tenemos que seguir para hacer una tarea. Son muy útiles para trabajar con el alumnado con dificultades de aprendizaje, principalmente TDAH. Se ha demostrado que es muy beneficioso para la planificación a la hora de resolver una tarea. La información presentada debe ser concreta, organizada y secuenciada (dividida en pequeños pasos). Además, se indicará también el principio y final de cada actividad. El Programa “Aventura Pirata” (Editorial TEA) presenta un entrenamiento de las autoinstrucciones para la mejora de las funciones ejecutivas, especialmente para niños y niñas con TDAH.

Por otro lado, el abordaje del TDAH implica la intervención familiar. La familia debe conocer no sólo las características del trastorno y de su hijo/a (psicoeducación), sino además disponer de estrategias de afrontamiento. El manejo de contingencias a través del uso del refuerzo positivo, la extinción, tiempo fuera o la economía de fichas puede mejorar la conducta en casa y favorecer el desarrollo y la autonomía del niño/a.

Por último, la intervención en el ámbito educativo es imprescindible. En Andalucía (España), según el Anexo II de las Instrucciones de 8/3117, el TDAH es un colectivo diferenciado dentro de las NEAE (Necesidades Específicas de Apoyo Educativo), ya que puede ser considerado NEAE, si requiere atención educativa diferente a la ordinaria, como una Adaptación Curricular No Significativa, o NEE (Necesidades Educativas Especiales), si requiere atención específica, como el recurso del PT (maestro de Pedagogía Terapéutica). Por tanto, las adaptaciones y los recursos van a depender de las características personales del alumno/a.

En definitiva, el TDAH es un trastorno complejo, que precisa formación e investigación por parte de los profesionales que lo abordan e implicación y colaboración por parte de la familia.

BIBLIOGRAFÍA

Sakakihara, Y. (2013). More Attention to ADHD. Dev Med Child Neurol, 55(4):296.

Shaw, P., Eckstrand, K., Sharp, W., Blumenthal, J., Lerch, P., Greenstein, D., Clasen, L., Evans, A., Giedd, J., y Rapoport, J. (2007). Attention-deficit/hyperactivity disorder is characterized by a delay in cortical maturation. PNAS,104 (49): 19649-19654.

Tripp, G., y Wickens, J. (2009). Neurobiology of ADHD. Neuropharmacology, 57(7-8):579-89

Instrucciones de 8 de marzo de 2017, de la dirección general de participación y equidad, por las que se actualiza el protocolo de detección, identificación del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y organización de la respuesta educativa.

 

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ALUMNADO NEA Y TELEDOCENCIA: ¿CÓMO MEJORAR ESTE PROCESO?

La ONU (Organización de las Naciones Unidas) estima que 850 millones de niños y niñas (y jóvenes) están sin clases presenciales alrededor de todo el mundo, debido a la crisis del Covid-19. Todo esto está planteando retos ineludibles al sistema educativo: la enseñanza y el proceso de aprendizaje se ha visto obligada a adaptarse a esta nueva situación a un ritmo vertiginoso.

Sin embargo, además de las grandes dificultades derivadas de la brecha digital que sufren muchos alumnos, la “teledocencia” supone un desafío para cualquier alumno/a (y profesor), y aún más para alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE).

A continuación, os dejamos algunos “TIPS” para mejorar este proceso de teledocencia (tanto para docentes como para madres y padres):

1. AGENDA: ORGANIZA TAREAS Y CONEXIONES
Generar una rutina en casa es fundamental. En el caso del alumnado con NEAE, la rutina y estructura del día aporta calma y genera un ambiente cálido y de confianza. Además, flexibiliza la conducta, disminuyendo las rabietas (el niño/a sabe en cada momento qué toca hacer y que viene después). Por tanto, la “teledocencia” igual que la docencia presencial, debe seguir una estructura, y debe aparecer en la rutina diaria.
Dicha rutina se debe plasmar en un horario. El horario, siempre que sea posible, se presentará de forma VISUAL: utilizando colores, palabras clave, pictogramas y situándolo en un lugar visible de la casa (por ejemplo colgado en el frigorífico).

Por tanto, debemos reservar (y situar en el horario) diversos momentos al día para dedicar a realizar las tareas escolares. También se deben planificar las videollamadas con el colegio o con sus compañeros en este horario.

2. COMUNICACIÓN ACTIVA
La comunicación ESCUELA-FAMILIA ha de ser fluida y constante. La comunicación bidireccional aportará información en ambos sentidos: la familia obtiene información sobre qué tareas debe hacer un alumno (y cómo hacerlas), advertencias, consejos e información relevante y el colegio es informado sobre los avances, las dificultades encontradas, los logros y propuestas de mejora.

Además, se recomienda que exista COORDINACIÓN entre todo el equipo docente que atiende a un alumno. Del mismo modo, se deben mantener TUTORÍAS con el tutor y los maestros/as especialistas. También es recomendable un SEGUIMIENTO mensual con orientador/a del centro.

3. ADAPTA RECURSOS: IMPORTANCIA DE MANIPULAR
Las tareas que se deben realizar con alumnado NEAE deben estar ADAPTADAS a las características de cada alumno/a. Para adaptar tareas, existen numerosas aplicaciones que generan versiones interactivas de las mismas. Algunas útiles son:

– LIVEWORKSHEETS.COM. Genera fichas interactivas. Convierte cualquier ficha en interactiva para poder realizar sin necesidad de imprimir. Además dispone de un banco de fichas realizadas por otros profesionales que pueden servir de gran ayuda.
– EDUCIMA.COM. Crea sopa de letras y crucigramas a tu gusto (con diferentes niveles de dificultad). Es gratuita y sin registro.
– JIGSAWPLANET.COM. Ofrece la posibilidad de generar puzles personalizados.

Por otro lado, la MANIPULACIÓN de los materiales favorece la concentración en una tarea por parte de los peques. Así, todas las actividades que impliquen manipular material generarán aprendizajes más significativos. Para ello, podemos realizar tareas como puzles, rompecabezas, juegos educativos, juegos de mesa, plastilina, etc. También existen bancos de recursos DIY (“Do It Yourself”) para realizar tareas educativas en casa que nos aportan numerosas ideas y pueden ser útiles con los niños/as.

Además, existen numerosos blogs que ofrecen tareas listas para descargar y plastificar y que pueden ayudarnos a trabajar numerosos procesos cognitivos o habilidades específicas de forma manipulativa.

Algunos interesantes son:
https://neurorial.home.blog/
https://entretea3.wordpress.com/
https://pedagoque.com/

4. APROVECHA TAREAS COTIDIANAS
Las tareas cotidianas ofrecen una gran oportunidad para entrenar diferentes habilidades importantes: seguimiento de instrucciones, vocabulario, conceptos básicos, memoria, atención, planificación, etc. Por tanto, suponen una fuente inagotable de momentos perfectos para estimular a los alumnos/as. Algunas tareas que se pueden realizar son: cocinar un postre, regar las macetas, ordenar la ropa, organizar el calzado de verano, poner y recoger la mesa, etc.

5. ESTIMULA “COMPETENCIAS OLVIDADAS”
El aprendizaje desde casa nos permite abordar competencias que, en ocasiones, son las “grandes olvidadas” desde el centro escolar (por múltiples razones como falta de recursos, prioridad de contenidos relacionados con áreas instrumentales, etc.). Algunas de estas competencias son:
Competencia Digital. Para ello, podemos utilizar un sinfín de aplicaciones (la mayoría gratuitas) que nos sirven para entrenar diferentes procesos y habilidades. Algunas de ellas son:

– Galexia. Aplicación para trabajar de forma lúdica las dificultades del lenguaje como la dislexia. Favorece el desarrollo y la mejora de la fluidez lectora.
– NAMOO. Divertida app que, en formato de juego, permite explorar la vida de las plantas a través de la exploración.
– Juegos educativos preescolares. Aprendizaje de conceptos básicos como letras y números, colores, melodías y rimas, todo acompañado de pequeños juegos y miniretos dirigidos a infantes de entre 2 y 5 años.

Competencia Aprender a Aprender. Fomenta la investigación y experimentación en casa para promover el aprendizaje (plantar una lenteja, realizar un volcán, etc.)

6. GAMIFICA Y JUEGA PARA APRENDER
La GAMIFICACIÓN es una herramienta que puede ser utilizada en el aula como apoyo a las metodologías pedagógicas que desarrollen los docentes. El fin es potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a todos los juegos.

Esta gamificación puede ser planificada por el docente y llevada a la casa por los alumnos y sus familias. Así, proponer tareas escolares en forma de juego motivará a nuestro alumnado. Algunos ejemplos de tareas son:

TAREA 1. MARATÓN EN CASA. DESCARGAR

TAREA 2. CUENTAME UN CUENTO DESCARGAR

TAREA 3. SOMOS DETECTIVES. DESCARGAR

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PARCHÍS EDUCATIVO

PARCHÍS EDUCATIVO

Hemos preparado un PARCHÍS EDUCATIVO para repasar contenidos y entrenar habilidades. Es un juego que pueden disfrutar en familia niños y niñas a partir de 5 años. Cada casilla tiene una prueba, clasificadas en 4 categorías: lectoescritura, cálculo y razonamiento, psicomotricidad y retos cognitivos y habilidades emocionales.

DESCARGAR

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LA ADQUISICIÓN DE LENGUAJE EN TEA

LA ADQUISICIÓN DE LENGUAJE EN TEA

Una de las causas más frecuentes por la que los padres solicitan ayuda o asisten a especialistas (previamente al diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista-TEA-) es el retraso en la adquisición del lenguaje. Aproximadamente, el 50% de las personas diagnosticadas de TEA no adquieren lenguaje expresivo (tanto en casos en los que la edad mental justifica dicha ausencia como casos en los que según la edad mental se podría desarrollar, pero se aprecian déficit graves de comprensión o mutismo-5% de los casos).

Además, las alteraciones en lenguaje y comunicación parecen estar presentes por igual en ambos sexos (Mahendiran y colaboradores, 2019). Es decir, generalmente la ausencia de lenguaje o comunicación suele ser una de las señales de alerta. Atender a dichas señales de alerta es fundamental, ya que hace posible una detección precoz del TEA y, en consecuencia, una derivación a los especialistas oportunos. A los 12 meses de edad, existen un conjunto de señales muy relevantes, y que están relacionadas con dicha adquisición del lenguaje o comunicación: pobre contacto ocular, disminución de la mirada a la cara de los otros, falta de respuesta al nombre, ausencia de conducta de señalar, de mostrar cosas y compartir intereses (protodeclarativas o protoimperativas), así como escaso interés en la relación interpersonal (Carrillo y Martos, 2015).

«Formación Ecolalia: Prevención E Intervención»
12 – Diciembre 2020
Más información

Si bien, en los casos en los que se llega a desarrollar, el lenguaje es muy característico y con alteraciones variadas. La aparición suele ser tardía. En pragmática, son frecuentes las ecolalias, la inversión pronominal, las dificultades en respeto de turnos conversacionales, utilización menor de funciones de informar y regular la conducta de los otros a través del lenguaje, uso de frases inapropiadas e interpretación literal de los mensajes (dificultad para comprender chistes, dobles sentidos o ironías). En semántica, se puede llegar a desarrollar bastante vocabulario, si bien se suele limitar a objetos inanimados (y no a términos de experiencias personales como papá, mamá, adiós…). Además, en ocasiones el vocabulario puede ser extenso pero limitado a sus áreas de interés. Los verbos suelen estar más asociados a rasgos y sucesos perceptivos (andar, comer…), y en menor lugar a verbos mentalistas (pensar, imaginar, creer…).

En adquisición de lenguaje, uno de los objetivos principales es “conectar” al niño con su entorno, estableciendo un medio de comunicación (conductas de petición o demanda).
Generalmente, se observa un patrón conocido como “uso instrumental del adulto”, en el que los niños/as utilizan a sus padres como meras herramientas para conseguir aquello que desean (apenas sin mirarlos los dirigen hacia el lugar donde está el objeto que desean). Por tanto, la intervención debe comenzar favoreciendo la intención comunicativa del menor: enseñando conductas instrumentales de demanda o petición. Señalar es el primer gesto que tiene extraordinaria importancia en comunicación, por sus características de ser intencional, intersubjetivo y simbólico. Habitualmente ausente en niños con TEA, requiere una enseñanza explícita (Carrillo y Martos, 2015). Por otro lado, siempre hay que asociar situaciones interactivas del niño con acontecimientos agradables, para seguir promoviendo un interés comunicativo.

Del mismo modo, las primeras palabras que hay que estimular (o aproximaciones a palabras, puesto que la articulación puede ser deficitaria), estarán referidas a objetos del interés del niño/a (funcionalidad). En la estimulación del lenguaje suelen jugar un papel fundamental los Sistemas Aumentativos o Alternativos de Comunicación (SAAC).

Los SAAC promueven la aparición, en los casos en lo que es posible, del lenguaje oral. En el momento de elegir un SAAC, se deben tener en cuenta factores como el nivel intelectual del niño (y sobre todo, el nivel de representación que es capaz de comprender), la posibilidad de trasladar el sistema elegido a otros ámbitos (familia y escuela fundamentalmente), y la destreza motora y capacidad de imitación (en el caso de que el sistema elegido sea gestual). En cualquier caso, el sistema debe ser individualizado y adaptado a las características de cada niño/a en concreto (Carrillo y Martos, 2015). Además, el empleo de un SAAC consigue una mejoría no solo en el lenguaje y la comunicación, sino también en la conducta (Fortea-Sevilla y colaboradores, 2015).

La importancia de estimular y favorecer la adquisición del lenguaje en menores con TEA reside en los resultados de diferentes estudios que muestran como la emisión de sonidos consonánticos, o la aparición de las primeras palabras en TEA antes de los 24 meses, son indicadores de buen pronóstico para el desarrollo posterior del niño con TEA y predictores significativos de nivel cognitivo verbal y no verbal a la edad de 3 años. Además, la combinación de un SAAC con la participación de los padres es fundamental; pues conjugar tratamientos centrados en el lenguaje con entrenamiento a padres tiene como resultado un aumento significativo del número de palabras adquiridas por niños preescolares (Fortea-Sevilla y colaboradores, 2015).

En definitiva, el desarrollo del lenguaje en niños y niñas con TEA tiene unas características peculiares (y con muchas diferencias individuales). Estimular el lenguaje parece ser un factor fundamental en el pronóstico y evolución observada en estos niños/as.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
– Carrillo, R., y Martos, J. (2015). El silencio y la opacidad. En Arnedo, M., Montes, A.,
Bembibre, J., y Triviño, M. (2015), Neuropsicología infantil. A través de casos
clínicos. Madrid: Editorial Panamericana.
– Fortea, M., Escandell, O., Castro, J., y Martos, J. (2015). Desarrollo temprano del
lenguaje en niños pequeños con trastorno del espectro autista mediante el uso de
sistemas alternativos. Rev Neurol, 60(1),31-35.
– Mahendiran, T., Brian,J., Dupuis, A., Muhe, N., Wong, P., Laboni, A., y Anagnostou, E.
(2019). Meta-Analysis of Sex Differences in Social and Communication Function in
Children With Autism Spectrum Disorder and Attention-Deficit/Hyperactivity
Disorder. Front Psychiatry, 10.

 

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¿Cómo mejorar las Habilidades Emocionales en niños y niñas? 

“Cuanto más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás” (Daniel Goleman) 

El concepto de Inteligencia Emocional (IE) fue acuñado por Salovey y Mayer en 1990. A partir de ese momento, el concepto se redefine y evoluciona, comenzando a ser un tema de interés general y produciéndose numerosas publicaciones al respecto. En concreto, la publicación de Daniel Goleman (1995), “Emotional Intelligence”, provoca una difusión sin precedentes, llegando a un gran público. Daniel Goleman define la IE como la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones. La IE se compone de tres fases: la identificación, el reconocimiento y la gestión emocional (regulación). 

Actualmente, tanto en la práctica clínica como educativa, fomentar una adecuada inteligencia emocional y dotar a nuestros niños y niñas de adecuadas habilidades emocionales se hace imprescindible. Para ello, contamos con numerosos materiales que pueden ser utilizados en nuestra práctica diaria, tales como: 

Para la identificación y el reconocimiento de emociones: 

–  “El monstruo de colores” (Anna Llenas). Es uno de los cuentos más populares en la actualidad para el trabajo de las emociones en niños/as a partir de 3 años. El cuento presenta las cinco emociones básicas (alegría, tristeza, rabia, miedo y calma), ayudando a identificarlas y reconocerlas. Existe también un juego de mesa que sigue la misma lógica. 

–  “Emocionario” (Cristina Núñez Pereira y Rafael Romero Valcárcel). Existen diferentes versiones de este libro según la edad: “Emocióname” (de 0 a 3 años), “Emocionados” (de 3 a 7 años) y “Emocionario” (de 6 a 99). Describe emociones de forma sencilla y ayuda a identificar las emociones, desde las más simples (para los más pequeños/as) hasta emociones complejas (para mayores y adultos). 

–  “Vaya rabieta” (Mirelle D Allaçe). Un cuento dirigido a menores de entre 3 y 5 años. Aborda uno de las conductas más comunes y que más preocupan a las familias en estas edades: las rabietas. 

–  “Emoticápsulas” (Miniland). Un juego para niños/as de entre 2 y 7 años de edad. Son cápsulas que representan las emociones básicas, en las que se deben guardar diferentes dibujos u objetos relacionados con cada una de las emociones. Favorece la identificación y desarrolla habilidades para la gestión de emociones, además de la empatía y el autoconocimiento. 

–  “Del revés” (Pixar). Es una película dirigida a todos los públicos que muestra, de forma metafórica y divertida, cuáles son las emociones básicas y cuáles son sus roles. También aborda cómo funciona nuestro cerebro, la memoria y qué sucede con nuestros recuerdos. 

–  “El juego Dimedigo” (Susana Isern). Es una herramienta para expresarse, escuchar y compartir en familia o en al aula (para niños y niñas de 4 a 10 años). Contiene un juego para expresarse y comunicarse, cuentos, reflexiones, metáforas, actividades y una guía para padres y educadores. Pretender ser una herramienta a la hora de establecer una comunicación abierta entre los miembros de una familia o de una comunidad educativa, ayudando a la expresión de sentimientos y facilitando la comunicación. 

–  “La oca de las emociones” (MutKids). El tradicional juego de la oca, pero con casillas en las que los jugadores deben identificar y realizar pruebas para regular sus emociones. Destinado a niños y niñas de entre 5 y 10 años de edad. 

Para la gestión y la regulación emocional: 

–  “Respira” (Inês Castel-Branco). Es un cuento para niños/as a partir de 4 años, en el que se establece un diálogo entre una madre y su hijo donde exploran varias formas de respirar que pueden ser aplicadas a diferentes contextos. Ofrece la respiración como una de las formas básicas para regular ciertas emociones y gestionar diversas situaciones. 

–  “Tranquilos y atentos como una rana” (Eline Snel). Es un método de meditación sencillo para enseñar a niños/as de entre 5 y 10 años a estar en calma y atentos. De esta forma, toman conciencia de su cuerpo, de las emociones y pueden abrirse a los demás. 

–  “El emocionómetro del inspector Drilo” (Susana Isern y Mónica Carretero). Es un manual que ayuda a entender, medir y regular las diez emociones básicas a través de un gran invento: el emocionómetro. Está destinado a niños/as mayores de 7 años. 

–  “Juguetes sensoriales”. Existen numerosos materiales sensoriales que pueden servir para regular las emociones, sobre todo en niños y niñas más pequeños (0-4 años), que dada su corta edad suelen contar con pocas estrategias. Por ejemplo: peluches, mantas suaves, plastilina, reloj de arena, tubos de música, almohadillas multisensoriales, mordedores, pulseras de flecos, relojes de gel, etc. 

–  “Mindkeys Cards”. Es un juego de cartas pensado para la práctica del mindfulness y del yoga con niños y niñas de 3 a 10 años. Se trabajan posturas de yoga individual, yoga en pareja, acroyoga, ejercicios de respiración, relajaciones, prácticas para mimarnos a nosotros/as mismos/as y a los/las demás y ejercicios para entrenar nuestra atención consciente. Son especialmente relevantes las prácticas del yoga y el mindfulness en los niños y niñas, debido a que numerosos estudios están relevando los inmensos beneficios de esta práctica milenaria 

(Jarraya y colaboradores, 2019; Kaur y Batha, 2019 o Nanthakumar, 2018, entre otros). 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 

Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence. New York: Bantman Book. 

Jarraya, S., Wagner, M., Jarraya, M., y Engel, F. (2019). 12 Weeks of Kindergarten- Based Yoga Practice Increases Visual Attention, Visual-Motor Precision and Decreases Behavior of Inattention and Hyperactivity in 5-Year-Old Children. Frontiers in Psychology, 10. 

Kaur, M., y Bhat, A. (2019). Creative Yoga Intervention Improves Motor and Imitation Skills of Children With Autism Spectrum Disorder. Physical Therapy, 99(11):1520-1534. 

Nanthakumar, C. (2018). The benefits of yoga in children. J Integr Med.,16(1),14-19. 

Salovey, P., y Mayer, J. (1990). Emotional intelligence. Baywood Pubishlnl Co.

 

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¿Por qué es tan importante la Teoría de la Mente?

Una de las áreas de la cognición social es la Teoría de la Mente (ToM, por sus siglas en inglés -Theory of Mind-). La ToM es la capacidad de interpretar, inferir y explicar los estados mentales (deseos, emociones, intenciones o creencias) que subyacen al comportamiento de los otros. Los principales componentes de la ToM son las falsas creencias, las ironías, los dobles sentidos, las metáforas o las meteduras de pata (Yıldırım y Alptekin, 2012).

La ToM está ligada estrechamente al comportamiento de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Baron-Cohen ya mostró en 1985 como las personas con TEA presentan un bajo desarrollo de las habilidades relacionadas con la ToM (Baron-Cohen, 1985). Desde entonces, en los últimos 30 años el número de publicaciones que se han realizado sobre ToM ha ido creciendo de forma vertiginosa (Fernández-Sotos y colaboradores, 2019). En esta línea, actualmente Baron-Cohen dirige un Centro de Investigación de Autismo en Cambridge. En la página web de dicho centro (https://www.autismresearchcentre.com/people_baron-cohen) se tiene acceso libre a numerosas publicaciones, pruebas y test que se desarrollan desde su grupo de investigación.

El desarrollo de la ToM puede servir no solo como característica definitoria o diagnostica del TEA, sino que además puede predecir la severidad del diagnóstico (en base a poder establecer los apoyos y ayudas que se pueden precisar) (Hoogenhout y Malcolm-Smith, 2017). Del mismo modo, el pobre desarrollo de la ToM no sólo se ha descrito en personas con TEA sino también para otros trastornos del neurodesarrollo como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) o Dificultades de Aprendizaje (independientemente de la inteligencia y el desarrollo del lenguaje) (Sahin y colaboradores, 2018). También se han establecido relaciones entre baja ToM y esquizofrenia (Thibaudeau y colaboradores, 2019), anorexia nerviosa (Leppanen, Sedgewick, Treasure y Tchanturia, 2018) o enfermedad de Parkinson, entre otras patologías (Coundouris, Adams y Henry, 2019).

Además, la ToM se ha relacionado estrechamente con el comportamiento prosocial. Se ha detallado como los niños/as que presentan un gran desarrollo de la ToM suelen mostrar un comportamiento más prosocial (entendido el comportamiento prosocial como cualquier forma de acción voluntaria que se realiza para beneficiar a otro individuo: ayudar, consolar, compartir, cooperar, etc.) (Imuta, Henry y Seluck, 2016).

Por tanto, la importancia de la ToM en el desarrollo evolutivo está más que demostrada. Actualmente, en la práctica clínica uno de los aspectos que genera más preocupación es la adecuada valoración de todos los componentes de la ToM. En líneas generales, tres de los aspectos más importantes son:

Creencias de primer orden. Las tareas de primer orden de ToM valoran el reconocimiento de una creencia de un personaje sobre el mundo. Una de las tareas más utilizadas en su valoración es la tarea de “Sally y Anne (Baron-Cohen, Leslie, y Frith, 1985). La tarea evalúa la capacidad de inferencia del niño/a sobre otros sujetos (y sus creencias). La mayoría de niños y niñas a los 3 años fallan en
esta tarea, mientras que el 50% de los niños/as de 4 años y la mayoría de los niños/as de 5 años realizan la tarea de forma correcta.

Creencias de segundo orden. Las tareas se segundo orden valoran si un sujeto comprende el estado falso de creencias de un personaje sobre el estado de creencias de otro. Una de las tareas más utilizadas es la “Tarea del heladero” (Perner y Wimmer, 1985). En su estudio observaron como los niños/as resolvían con éxito la tarea a los 6-7 años, dos años después que las creencias de primer orden.

Literalidad. Otro de los aspectos evaluados en la ToM es la comprensión de sentidos no literales en la comunicación. Una de las pruebas más utilizadas en este ámbito son “Las historias extrañas de Happé”. Esta prueba está formada por una serie de historias acerca de situaciones de la vida cotidiana que abordan los distintos motivos que pueden estar detrás de las cosas que se dicen a diario y que no son literalmente ciertas (incluyen mentira piadosa, ironía, farol, persuasión, malentendido, literalidad sobre estados físicos o frases desconectadas) (Happé, 1995).

En última instancia, la ToM es un concepto en continua evolución e investigación. La práctica clínica debe estar en continua conexión con los resultados de dichas investigaciones. Si bien, la valoración de las competencias mentalistas en los niños y niñas en el ámbito clínico y educativo, puede ofrecer un punto de partida desde donde debe plantearse una intervención adecuada y funcional, que tenga como objetivo la generalización a diferentes contextos y situaciones.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Baron-Cohen S., Leslie, A., y Frith, U. (1985) Does the autistic child have a “theory of mind”? Cognition, 21,37-46.

Coundouris, S., Adams, A., y Henry, J. (2019). Empathy and theory of mind in Parkinson’s disease: A meta-analysis. Neurosci Biobehav Rev, S0149-7634(19), 30748-1.

Fernández-Sotos, P., Iosune, T., Fernández-Caballero, A., Navarro, E., González, P., Dompablo, M., y Rodríguez-Jiménez, M. (2019). Social cognition remediation interventions: A systematic mapping review. PLos One 14(6).

Happé, F. (1995). The role of age and verbal ability in the theory of mind task performance of subjects with autism. Child Development, 66, 843-855.

Hoogenhout, M., y Malcolm-Smith, S. (2017). Theory of mind predicts severity level in autism. Autism, 21(2) 242–252.

Imuta, K., Henry, J., y Seluck, B. (2016). Theory of Mind and Prosocial Behavior in Childhood: A Meta-Analytic Review. Developmental Psychology, 52(8), 1192–1205.

Leppanen, J., Sedgewick, F., Treasure, J., y Tchanturia, K. (2018). Differences in the Theory of Mind profiles of patients with anorexia nervosa and individuals on the autism spectrum: A meta-analytic review. Neurosci Biobehav Rev, 90, 146-163.

Perner, J., y Wimmer, R. (1985) «John thinks Mary Thinks……»: Attributión of second-order beliefs by 5-10 year-old children. Journal of Experimental Child psychology, 39,437-471.

Sahin, B., Karabekiroğlu, K., Bozkurt, A., Baris ̧ M., Aydın, M. y , Çobanoğlu, C. (2018). The Relationship of Clinical Symptoms with Social Cognition in Children Diagnosed with Attention Deficit Hyperactivity Disorder,
Specific Learning Disorder or Autism Spectrum Disorder. Psychiatry Investig, 15(12), 1144-1153.

Thibaudeau, E., Achim, A., Parent, C., Turcotte, M., y Cellard, C. (2019). A meta-analysis of the associations between theory of mind and neurocognition in schizophrenia. Schizophr Res, 9964(19), 30587-0.

Yildirim, E., y Alptekin, K. (2012). A new featured dimension in schizophrenia: social cognition. J Psychiatr Neurol Sci, 25, 368-375.

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Centro Tierra

El Centro Tierra se encuentra en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).
Direccion: Calle Las Barreras N° 3620, Edificio Pitajaya, planta baja, oficina N° 3
Entre 3er y 4to anillo, a media cuadra de la Av. Alemana. Mismo edificio de la Fundación Corazón Sano.

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